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Dosificación para hormigón y morteros

Calcule las cantidades de cemento, arena, grava y agua para preparar morteros y hormigón o concreto, en función de sus necesidades.

Construccion de hormigon
Construccion de hormigon

Nota sobre la versión: esta nueva versión ofrece resultados más fiables y realistas resultado de numerosos ensayos de laboratorio sobre la gama completa de los productos aquí disponibles. Estos resultados son mucho más precisos que las información disponible anteriormente.

Determinar la cantidad para realizar hormigón o mortero.

1 - Tipo de hormigón o mortero

2 - Volumen

Introduzca las dimensiones de la estructura a construir o directamente su volumen

 Dimensiones: 
Longitud:
Anchura:
Altura:

 Forma: 
 
Volumen

 O bien, escriba el volumen directamente 

Nota: Si introduce o cambia el volumen, será este valor que se tendrán en cuenta, en lugar de las dimensiones.

Volumen:
Margen de maniobra:
Ver la nota sobre el margen de maniobra.

3 - El coste de los materiales (opcional)

Moneda:
Cemento:
Arena:
Grava:
Pre-mezcla:

4 - Resultados

Esperando para el cálculo de volumen...

Si quiere saber el volumen de hormigón o mortero que puede hacer con una hormigonera consulte la página volumen de una hormigonera.

* El volumen final no corresponde a la suma de los volúmenes de cada elemento porque el conjunto se compacta. La arena rellena los huecos de grava, el cemento rellena los huecos de arena y el agua compacta el conjunto.

** Usted podrá modificar el contenido de una pala. Por defecto y por experiencia, el contenido de una pala es de 3 litros. Para tener una idea precisa, realice algunos ensayos con arena, una pala y un balde de 10 litros, luego cuente el número de palas para llenar el balde hasta el borde. Divida el volumen del balde (10 litros) por el número de palas de arena y obtendrá el contenido promedio de una pala.

Volumen de cemento y densidades de los granulados

El volumen de cemento es bastante aleatorio. Como ejemplo, una bolsa de 35 kg tiene un volumen promedio de alrededor de 25,4 litros siendo una densidad promedio de 1.378. Se trata de la densidad "cemento embolsado" para cementos clásicos de 32,5R.

Cuando se traspasa a baldes de 10 litros, ocupa un poco menos de 3 o 4 baldes, siendo su volumen de entre 28 hasta 40 litros. Como cualquier sustancia pulverizada y granulada, el cemento tiene la particularidad de expandirse cuando se remueve, y esta expansión es variable según la manera en que se haga.

La densidad media constatada tras varias pruebas es de 1,2 kg/litro.

Los granulados como la arena y la grava tienen densidades bastante variables. Las densidades por defecto son densidades medias constatadas. Si usted conoce las densidades de los granulados que utiliza, podrá modificarlas para adecuarse con más precisión a sus especificaciones. La densidad de la grava puede variar entre 1,5 y 1,7 en función de su granulometría. Por el contrario, varía poco cuando está mezclada.

Volumen de agua

La cantidad de agua puede variar en función de la humedad de la arena. En la mayoría de los casos, los albañiles dosifican el agua a ojo, hasta obtener una consistencia pastosa de la mezcla.

Los volúmenes de agua dados en esta herramienta de cálculo se basan en las determinaciones de las cementeras. Aunque en general nos parezcan muy débiles, estas determinaciones desaconsejan el exceso de agua por el riesgo de fisuras y pérdida de resistencia ( igualmente se desaconseja la insuficiencia de agua).

Por lo tanto, la experiencia nos indica lo contrario, siempre con la condición de no exagerar. A nuestro parecer, agregar un pequeño porcentaje de agua es la garantía de un hormigón o de un mortero más fácil de trabajar, volviéndolo más compacto al evitar la formación de burbujas de aire en los materiales.

En todos los casos, siempre es necesario mezclar bien el conjunto antes de su uso. La gran resistencia del hormigón una vez volcado por la hormigonera se debe a que ha sido muy trabajado y mezclado sin descanso.

Contrariamente a lo que se generalmente se piensa, el agua se evapora muy poco durante el período de endurecimiento. Es útil para la reacción química que se produce durante la solidificación. La evaporación durante el secado es muy perjudicial porque reduce la proporción de agua entrando en reacción con el cemento, lo que genera fisuras. Por esta razón, es preferible volcar el hormigón en climas fríos (pero con más de 0° Celsius) o húmedos. Si está encofrado, no se precipite a desencofrarlo. Trate de conservar el encofrado durante una semana, para reducir la evaporación.

Según la opinión de algunos, las cantidades de agua parecen estar infravaloradas. Son muy (¿demasiado?) parecidas a las recomendadas por las cementeras, que desaconsejan el exceso de agua. Según ellos, solo una parte (alrededor de la mitad) de esta agua produce la reacción química con el cemento. La otra parte se evapora con el paso del tiempo, causando que el hormigón sea poroso, de ahí la necesidad de no añadir mucha agua. Desafortunadamente, cuanto más seco está, más difícil es mezclarlo correctamente. Por tanto, es muy importante que la mezcla sea homogénea, de ahí el interés por hacerla lo suficientemente líquida... ¡menuda contradicción!

Según la experiencia, los hormigones y morteros tienen sed durante el período de secado. Parecen mucho más sólidos y se fisuran mucho menos una vez que la evaporación se contiene. Por eso es bueno regar su trabajo desde el día siguiente (ver las recomendaciones enunciadas a continuación).

Mezcla de hormigón

Si utiliza mezcla de hormigón se decir, un compuesto de arena y grava pre-mezclado en lugar de arena y grava tomadas de forma separada, el peso de la mezcla es igual a la suma de los pesos de la arena y de la grava. Sin embargo, esto no es así para la suma de los volúmenes, ya que como se ha explicado previamente, la arena rellena los huecos que quedan entre la grava.

Margen de maniobra

El margen de maniobra permite aumentar la cantidad de agregados a comprar para asegurarse de no perderse al final de las obras. Esto es muy desagradable cuando se hace trabajo de albañilería los fines de semana, mientras que las tiendas están cerradas. Donde en sitios más grandes, bloqueando el progreso del trabajo.

Recomendaciones

Es fundamental mezclar bien el hormigón o el mortero una vez preparado para que sea lo más homogéneo posible.

En ciertos casos considere mojar el soporte antes de volcar el hormigón o el mortero. Por ejemplo: si vuelca una capa sobre una losa, comience volcando un balde de agua y repártalo por toda la superficie a cubrir. Esto evitará que el suelo absorba el agua de la mezcla y, por tanto, prevendrá la aparición de fisuras.

Para reducir e incluso anular el riesgo de fisuras, se aconseja regar el trabajo en fresco a partir de la sexta hora después del volcado (el hormigón tiene que ser duro al tacto sino se formará la lechada, lo cual no es recomendable). Riegue nuevamente de 2 a 4 veces durante el día a lo largo de 4 o 5 días. Posteriormente, lo ideal (aunque rara vez posible), es continuar regando una vez la mes durante 6 meses. Esta última recomendación es particularmente válida para las losas de hormigón.

Si puede elegir la época del año para hacer el hormigón, escoja el invierno. Cuando la temperatura es más fría, por un lado no hay prácticamente evaporación y, por otro lado, la reacción química que produce el endurecimiento se ralentiza, lo que favorece una mayor solidez. De ahí la máxima: ¡hormigón de invierno, hormigón de infierno! Eso sí, cuidado con la congelación. No debe congelarse durante la fase de endurecimiento. Si es necesario, use productos anticongelantes para hormigón.

Un hormigón alcanza su resistencia principal al cabo de 28 días. Tendrán que transcurrir desde 6 meses hasta 3 años para que esté realmente seco y sólido.

El hormigón

Contrariamente al mortero, el hormigón no se utiliza para ligar elementos entre ellos. Es un material de construcción de pleno derecho. Generalmente se vuelca (estructuras o losas, por ejemplo) o se moldea (ladrillos, dinteles pretensados, por ejemplo). Es un material particularmente resistente y adaptable que puede adoptar numerosas formas al ser vertido en un molde (llamado encofrado) de la forma deseada. Resiste especialmente bien las variaciones de temperatura, el fuego y el agua, aunque no es perfectamente estanco. Se prepara a partir de arena, grava, cemento y agua. Su solidez, muy superior a la del mortero, proviene de la grava. El hormigón es extremadamente resistente a la compresión: para que resulte igualmente resistente a la tracción y a la flexión se lo arma integrando en el trabajo a realizar emparrillados metálicos, armaduras metálicas y hierros con hormigón o hierros forjados salomónicos, cuyas propiedades mecánicas son estudiadas y adaptadas en función del trabajo a realizar. Para conocer con exactitud las cantidades y tipos de emparrillado o hierros a utilizar para realizar una losa en hormigón, es necesario realizarque un estudio por un gabinete especializado que le indicará las cantidades y tipos de emparrillados y de hierros a utilizar en función del tipo de losa.

Según el tipo de hormigón, el calibre de la grava varía. Cuanto mayor sea el volumen a llenar, la grava podrá ser más gruesa. Generalmente se utiliza grava de calibre 5/20. Puede mezclarla con calibre 15/30, incluso 20/40 en ciertos casos, cuando el volumen sea mayor. El principio es que el volumen entre las piedras más gruesas esté rellenado por las piedras más pequeñas, después por la arena y luego por el aglomerante, lo que garantiza la resistencia global del trabajo. Sin embargo, el tamaño de las piedras está limitado por la presencia de distintos hierros: las piedras deben poder introducirse libremente entre la armadura metálica sin provocar obstrucciones, lo que provocaría bolsas de aire y debilitaría el resultado final.

La grava que compone el hormigón es generalmente una grava canto rodado: las piedras se parecen a pequeños guijarros que se encuentran en el lecho de los ríos y que fueron erosionados por el desgaste con el agua, al rodar las piedras y friccionar entre ellas.

Al igual que para el mortero, se usa una arena lavada sin impurezas porque estas dañarían la calidad del hormigón.

Existen colorantes para hormigón que le permitirán hacer efectos con hormigón en bruto. En este caso es preferible usar cemento blanco.

Cómo hacer hormigón

Preparar hormigón es fácil. El hormigón interviene en numerosas realizaciones y acondicionamientos domésticos como terrazas, muros de cerramiento, piscinas o fuentes, cobertizos. Por tanto es importante respetar las dosificaciones según el tipo de hormigón que quiera preparar: es decir, según el destino del trabajo que desee realizar. Para conocer las proporciones, vaya al módulo de cálculo previo.

Se puede comprar de forma separada la arena y la grava. Sin embargo es interesante saber que es posible encontrar en comercios de materiales y en mayoristas (canteras en general) mezclas de hormigón (o pre-mezclas) compuestas de grava + arena predosificadas que facilitan enormemente el trabajo ya que las proporciones y la granulometría ya han sido estudiadas.

Es posible preparar cantidades muy pequeñas de hormigón preparando la mezcla directamente en una carretilla o un recipiente, pero en la mayoría de los casos es más conveniente invertir en la compra de una hormigonera. Hoy en día las hormigoneras tienen capacidades variables dependiendo del uso profesional o no que se le dé, y resultan bastante asequibles y fáciles de usar.

El material que necesitará: hormigonera, pala de albañil con punta redonda, baldes de albañil de 10 litros, carretilla, paleta de albañil, una manguera de agua si es posible dotada de una boquilla para una pistola de riego con gatillo, un listón para elevar la carretilla si necesita llevarla a un piso más elevado. Un par de botas de goma y una regla de albañil de aluminio si debe hacer una losa. Se aconseja utilizar un gorro si hay sol. Y un buen estado físico es preferible ya que hacer hormigón es un trabajo arduo.

Recuerde mojar el lugar sobre el que pondrá su hormigón para evitar que el suelo se beba el agua del hormigón.

Para mayor comodidad y menor esfuerzo, instale la hormigonera al lado de la mezcla de hormigón.

Ponga la hormigonera en funcionamiento antes de comenzar a cargarla, luego tire las paladas de mezcla de hormigón y de cemento alternadas para que se mezclen bien todos los componentes. Espere a que la mezcla sea homogénea antes de agregar el agua. Es importante agregar teniendo en cuenta el control de la humedad de todo el conjunto: es más fácil agregar un poco de agua si el hormigón queda muy seco, que a la inversa. Un hormigón muy líquido es difícil de dominar pero puede presentar ciertas ventajas como la mayor facilidad para ser volcado en un encofrado sin crear sacos de aire. Un hormigón más seco se aconseja si debe realizar un trabajo no encofrado (como un umbral para el garaje por ejemplo) ya que será más fácil trabajarlo. Una vez puesto en obra, asegúrese de que todos los herrajes estén bien recubiertos por el hormigón para evitar la corrosión, fuente de fisuras y de desintegración del hormigón.

El hormigón comienza a tirar ("secar") en el lapso de 2 a 3 horas aproximadamente. Tiene tiempo para trabajarlo entre dos hormigoneras, pero le recomendamos hacerlo durante la primera hora. A partir de ese momento resulta todavía maleable, pero su resistencia es menor ya que las primeras uniones químicas que se crean se rompenon debido al amasado tardío.

Es útil y aconsejable regar regularmente el trabajo en los días que siguen a su preparación para compensar la evaporación del agua y permitir una mejor reacción química entre los diferentes elementos, lo que limitará los riesgos de fisuras. Si la temperatura es elevada y el clima es seco, el riego es imperativo. Puede regar varias veces al día si es necesario. De media, el hormigón no alcanza su resistencia nominal hasta 28 días en después. Antes de este plazo permanece relativamente frágil, por lo que no es recomendable apoyar paletas de materiales sobre una losa de hormigón antes de las 3 o 4 semanas.

Secado del hormigón

Antes de continuar, es importante tener en cuenta que el hormigón no "seca" o muy poco: se trata más bien de un proceso químico de unión molecular que se manifiesta permitiendo el endurecimiento de la mezcla, siendo la evaporación del agua relativamente débil. Por esta razón es necesario mojar el soporte sobre el que será vertido el hormigón para que el agua que contiene no sea absorbida por el suelo, ya que eso pondría en riesgo la resistencia del trabajo provocando fisuras.

El tiempo de "secado" de una losa de hormigón armado clásico es de 4 semanas mínimo, aunque la losa continúa trabajando durante todo el año que sigue a su colocación.

Por este motivo, no debemos retirar los sostenes de apoyo de un solado (losa en vigueta + forjado) hasta transcurridas 3 a 4 semanas ya que el peso del conjunto puede debilitar el trabajo si el secado no ha sido suficiente. Si usted debe volcar paletas de materiales sobre un solado vertido poco tiempo atrás (en ningún caso inferior a una semana, mejor después de 3 a 4 semanas), procure que las paletas sean apoyadas sobre los muros portantes y conserve el apuntalamiento.

Lo mismo ocurre con los elementos encofrados, como los dinteles y las vigas, a las que no debería retirar el sostén hasta después de las 3 semanas.

Realizar una losa de hormigón

Existen dos tipos de losa de hormigón: la losa apoyada en el suelo, sobre piedras o no, y el solado (en altura).

En el caso de una losa apoyada en el suelo, se colocará a una profundidad de 20 cm aproximadamente para una losa interior, de 40 cm para una losa exterior (terraza). Para mayor solidez, se recomienda realizar un lecho de piedras que permitirá aislar el hormigón de la humedad del suelo, especialmente para una habitación o un sótano seco. Haga un drenaje en la periferia de la losa si el terreno alrededor tiene poco drenaje o si hay agua presente. La solidez y el aislamiento deben ser tenidos en cuenta en función del uso que le vaya a dar a su losa. Es evidente que el lecho de piedras debe estar a nivel y estabilizado.

Efectuará un encofrado en la periferia de la losa a verter, bien con planchas de encofrado (que recuperará luego) o con paneles de hormigón que permanecerán en el lugar donde los coloque. El espesor del hormigón es de 12 a 13 cm en general. Para saber qué volumen de hormigón es necesario, consulte el módulo de cálculo más arriba.

Usted puede aislar térmicamente la losa apoyando sobre el lecho de piedras un a película de plástico (polyane) y después una capa de poliestireno sobre la cual apoyará el emparrillado soldado. A continuación, podrá apoyar sobre el conjunto la regla guía que colocará a nivel y le permitirá estirar su hormigón horizontalmente con más facilidad.

Estire la losa con la ayuda de una regla de albañil haciendo un movimiento de ida y vuelta de derecha a izquierda, como un movimiento de sierra lateral avanzando de forma regular. Seguidamente, alise la superficie con la llana para obtener una superficie lo más plana posible. Al cabo de un mes podrá recubrir la losa con una capa protectora para colocar azulejos o baldosas.

Riegue regularmente la losa los días siguientes a su colocación para reducir el riesgo de aparición de fisuras.

En el caso de un solado, el procedimiento es diferente ya que esta losa se realiza con ayuda de un forjado que sirve en cierto modo de encofrado. Un forjado es un conjunto de viguetas pretensadas en hormigón armado, regularmente espaciadas en las que se colocan bovedillas. Una bovedilla es un elemento de construcción hueco y plano con dos fases que sirve para colocar el hormigón. Existen distintos procesos de construcción en el que intervienen viguetas + bovedillas en poliestireno, o viguetas en hormigón + bovedillas en poliestireno o en hormigón o plástico, pero el proceso de volcado de la losa no varía. Estos distintos materiales definen la calidad de aislamiento o peso.

Los bordes de las viguetas se colocan en la periferia, necesariamente sobre muros portantes; los hierros que sobresalen de cada borde de las vigas no deben sobrepasar el muro. Se las coloca regularmente espaciadas a razón del largo de una bovedilla. Existen viguetas de todos los largos, también pueden fabricarse a medida. Cuanto más larga sea, más densa resultará para conservar las calidades necesarias de resistencia.

Las planchas en hormigón deben ser mamposteadas alrededor de la losa para servir de encofrado, asegúrese de que se apoyan a nivel. Ubique una malla metálica en la periferia de la losa, y únala con ganchos a la malla de los pilares.

Una vez que el forjado esté colocado, instale el emparrillado soldado que unirá a la malla, luego riegue la superficie. Proceda seguidamente a la colocación del hormigón como se muestra más arriba, haciendo un movimiento como de sierra con la regla de albañil.

Cómo hacer mortero

El mortero es usado desde la antigüedad para la construcción de trabajos de albañilería: los romanos ya lo usaban y sus trabajos testimonian la solidez de esta mezcla (basta con pensar en el Puente del Gard o el Coliseo Romano, que nos dominan desde su superioridad desde hace casi 2000 años). El mortero que usamos hoy obviamente no es el conocido por nuestros antepasados y las técnicas han ido evolucionando, pero aún se utiliza como base de numerosas construcciones, siempre respetando las dosificaciones indicadas. Tres o cuatro elementos componen el mortero -o más bien los morteros-: la arena y el agua son los dos elementos de base a los cuales se les agrega cemento o cal (también llamados "aglomerantes") según el tipo de mortero que se desee obtener. Cada uno participa en la calidad de la mezcla en proporciones diferentes según el uso que se le quiera dar. El mortero es fácil de hacer y no se necesitan habilidades especiales.

Tipos de morteros

Existen 3 tipos de morteros: el mortero de cal, el mortero de cemento y el mortero llamado bastardo. Cada tipo se destina a un uso particular. El mortero de cal es relativamente elástico debido a la presencia de cal: lo usaremos para reparar muros y superficies irregulares ya que es poco quebradizo. El mortero de cemento es más sólido pero es también el más quebradizo: es conveniente para realizar trabajos de fondo, hacer muros de piedra sillar, hacer capas, unir elementos entre ellos. Y el mortero bastardo está compuesto por arena, agua, cemento y cal (de ahí su nombre) lo que lo hace polivalente para numerosas tareas: se adapta a los trabajos con ladrillos o tejas, cuyas propiedades mecánicas son diferentes a las del hormigón, como el montaje de genovesas (tejas), elemento de arquitectura que se encuentra en el borde de los techos en el sudeste de Francia. La elección de la arena es importante ya que debe estar limpia y sin impurezas. La arena usada en construcción es una arena lavada. El primer criterio a tener en cuenta es el tamaño de los granos: la granulometría debe ser regular, calibrada y sin impurezas (tierra, hojas, pasto, etc.). Tome un puñado de arena seca y vuélquelo entre sus dedos para ver si quedan residuos. Si quedan, esta arena no conviene para hacer el mortero. Podrá tamizar la arena para limpiarla pero es demasiado trabajo para el poco dinero que se ahorra (a menos que tenga que hacer muy poco mortero). Resulta más conveniente comprarla en una cantera. Eventualmente los comercios de bricolaje la venden en bolsas de 30 kg aproximadamente: una solución simple y rápida para pequeños trabajos.

En todos los casos, la arena de playa está absolutamente desaconsejada ya que contiene sal que no es deseable para la solidez de los trabajos. Es preferible la arena de los ríos.

Es importante también tener en cuenta que las arenas no tienen el mismo color y que existe cemento blanco, estos parámetros le permitirán realizar trabajos de colores diferentes si lo necesita. También podrá agregar colorantes a su mezcla para obtener un efecto particular.

Hacer la mezcla del mortero

Para saber las proporciones a usar para hacer el mortero vaya al módulo de cálculo más arriba. Las proporciones varían en función del uso que le dará a su mortero.

Si se usa cemento o cal o mezcla de ambos se procederá del mismo modo: comience por mezclar la arena y la cal o el cemento (aglomerante) de forma homogénea, como se mezcla la harina y la levadura en la cocina, para que el agua amalgame todo correctamente. Puede hacer esta mezcla en una hormigonera o en una carretilla o en un recipiente, incluso directamente en el suelo en función de la cantidad necesaria. Si elige hacer su mezcla con la mano, agarre dos llanas y una pala de albañil, así podrá repartir el esfuerzo. Las llanas le permitirán trabajar con las dos manos, esto le facilitará realizar un movimiento más eficaz y menos extenuante. Si trabaja en el suelo, la pala será indispensable para mover la mezcla (bastante agotador y poco cómodo).

Una vez que la arena y el aglutinante estén mezclados de forma homogénea, haga un pozo e introduzca el agua progresivamente , prestando atención a mezclar bien. Tenga cuidado de no volcar toda el agua de una vez ya que se dará cuenta de que entre un mortero demasiado seco y uno demasiado mojado solo hay una pequeña cantidad de agua de diferencia.

Es evidente que un mortero muy líquido no le permitirá unir los elementos entre ellos ya que se esparcirá y no podrá retenerlo, pero lo que sí podrá es extenderlo fácilmente sobre una superficie horizontal. Es importante notar que un mortero muy dosificado con cemento va a tirar ("secar") más rápido. En realidad el mortero no "seca", ya que hay poca evaporación de agua: es más bien un proceso químico de unión molecular que se pone en funcionamiento durante el endurecimiento de la mezcla.

Consejo importante para la aplicación del mortero

Como hemos visto previamente, el mortero no "seca", la evaporación de agua es relativamente débil. Esta razón explica por qué es imperativo mojar bien el soporte sobre el cual este mortero se apoyará para que el agua que contenga no sea absorbida por él, lo que podría debilitar el trabajo provocando fisuras. Es el caso de los ladrillos que deben ser empapados con agua antes de ser colocados (lo que los albañiles a veces "olvidan" hacer), sobre una losa la que se pretenda colocar una capa o sobre cualquier soporte en el que se vaya a aplicar mortero.

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